sábado, 12 de junio de 2010

Encapsulando el hálito

¿Cuándo los esfuerzos valen la pena?,
¿Acaso se puede hacer coincidir la voluntad con el amor, cuando uno así lo desea?
Parece que la razón coopta al corazón y viceversa,
y por más que el dolor sea nuestro enemigo, eso que rechazamos todo el tiempo,
siempre termina encontrándonos a la vuelta de la esquina.
Así es como lamentos y más lamentos,
vuelven de manera repetitiva y hostil,
castigan la rutina y ensucian el horizonte,
sin embargo, ¿conseguímos algo con lamentarnos?
ciertamente la queja alivia algo pero no resuelve todo en absoluto,
¿Qué hacer entonces?
Como se hace notar, hoy emergen más preguntas que sonrisas,
hoy se desnudan los fríos,
y los bolsillos comienzan a resguardar el alma,
para cobijarla entre silencios y distancia invernal.
Me parece que el tiempo puede decir algo, o no?
pero también es claro que los cirios deben ser encendidos por mi,
yo soy quien debe aprender a mirar nuevamente,
descubrir entre miedos, angustias ahogadas y vacíos de existencia,
aquello que vuelva a dar curso a las energías soterradas del hoy.
Tengo miedo, me aterra el mañana y me encantaría "desaparecer por un instante",
por lo menos, hasta que logre reconstruir la arquitectura de lo que quiero y deseo,
ya que en este momento -por el contrario- no quiero algo,
más bien, quiero poco,
quiero encierro y ataduras para no dañar,
para resguardar la integridad de ud.,
Entonces?
Clausura de lenguaje,
Cierre del pecho,
Obturarción del corazón,
Repliege corporal,
Encapsulamiento del alma.
No hay de otra y lo siento mucho,
la verdad lo siento.

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